por DPArquitectura 20 de noviembre, 2025
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Estudio del Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio: el 91% de los ciudadanos pide reforzar la normativa para limitar materiales combustibles en fachadas.

La preocupación social por el uso de productos combustibles en la edificación vuelve a situarse en primer plano. Según el estudio “Percepción ciudadana sobre el riesgo de incendios en las fachadas de los edificios”, realizado por NC Report para el Observatorio de Nuevos Riesgos de Incendio, nueve de cada diez españoles expresan inquietud ante la posibilidad de que sus edificios integren materiales que favorezcan la propagación del fuego. El informe refleja un amplio consenso sobre la necesidad de reforzar el marco regulatorio.

Demanda creciente de regulación más estricta

El estudio sitúa la preocupación por la seguridad contra incendios en fachadas como un asunto transversal: el 91% de los encuestados manifiesta inquietud ante la presencia de productos combustibles en la envolvente. Además, el 86% considera necesaria una regulación más exigente para evitar su uso en edificios de gran altura o de carácter sensible, como hospitales, residencias o centros educativos. Solo el 5,4% se declara satisfecho con la normativa actual.

Este apoyo se intensifica en Cataluña, Castilla y León y País Vasco, territorios donde cerca del 90% de la población solicita una actualización del Código Técnico de la Edificación, CTE, en línea con los estándares europeos para limitar el empleo de soluciones combustibles en fachada, una de las principales vías de propagación del fuego.

Seguridad, rehabilitación y valor patrimonial

El informe revela que la seguridad se ha integrado en el criterio ciudadano de rehabilitación. El 92,8% califica este aspecto como “importante o muy importante” al intervenir una fachada. A su vez, un 52,5% afirma que priorizaría un equilibrio entre protección, eficiencia energética y coste, lo que indica que la seguridad contra incendios en fachadas se concibe como parte de una inversión responsable.

El 47,5% teme, además, que el uso de productos combustibles pueda reducir el valor económico de su vivienda, reforzando el vínculo entre seguridad constructiva y patrimonio.

Déficit de información técnica

Pese a la preocupación generalizada, el conocimiento técnico continúa siendo limitado: el 62,3% desconoce qué materiales se emplearon en la fachada de su edificio y el 60% no sabe cómo influye la combustibilidad en la propagación del fuego. Galicia, Comunidad Valenciana y Cataluña muestran los mayores niveles de conocimiento, aunque ninguna comunidad supera el 50%.

Para paliar esta situación, el Observatorio presentó la guía visual “Soluciones constructivas combustibles – no combustibles”, un documento orientado a propietarios, comunidades y profesionales para identificar tipologías de fachada y riesgos asociados, así como criterios básicos basados en el sistema europeo de Euroclases.

Revisión normativa y criterios técnicos

La jornada incluyó una mesa de debate centrada en la revisión del CTE y del Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio, DB-SI. Entre los temas abordados:

  • Posibilidad de limitar o prohibir el uso de materiales combustibles en fachadas de edificios sensibles o de gran altura.
  • Necesidad de reforzar la información a usuarios finales para decisiones de compra, alquiler o rehabilitación.
  • Importancia de revisar técnicamente el parque existente para identificar riesgos ocultos.

Los ponentes coincidieron en que la prevención debe situarse al nivel de la eficiencia energética y que la normativa debe evolucionar para garantizar intervenciones seguras.

José Antonio Galdón, presidente del Consejo de Ingenieros Técnicos Industriales (COGITI) destacó: “Los datos del estudio son muy reveladores: la ciudadanía percibe que el uso de materiales combustibles en las fachadas no solo compromete su seguridad, sino también el valor económico de sus viviendas. Esta preocupación evidencia la necesidad de actualizar la normativa y, además, avanzar hacia una revisión técnica del parque edificado existente, especialmente en edificios de uso sensible, como hospitales, colegios o residencias de mayores. Solo así podremos identificar riesgos que hoy pasan desapercibidos y garantizar rehabilitaciones que protejan tanto la seguridad como el patrimonio de las personas”.

Pablo Muñoz, presidente de Fundación Fuego, hizo hincapié en que “nos encontramos en un momento decisivo para reforzar la seguridad contra incendios en España. La revisión del CTE es una oportunidad que no podemos desaprovechar para situar la protección frente al fuego al mismo nivel de importancia que la eficiencia energética. Es imprescindible ser ambiciosos y dejar atrás soluciones que, aunque extendidas, favorecen la propagación del fuego y ponen en riesgo a las personas. La sociedad lo está pidiendo con claridad y las administraciones deben responder con una normativa que garantice edificios verdaderamente seguros”.

Ricardo Jiménez Paz, arquitecto e inspector del Cuerpo de Bomberos de Madrid, señaló: “Los incendios recientes nos recuerdan que la prevención es tan importante como la intervención. Cada edificio se comporta de forma distinta y por eso es esencial que la ciudadanía conozca sus características y sepa cómo actuar. Los nuevos riesgos constructivos y tecnológicos exigen un esfuerzo conjunto entre administraciones, técnicos y ciudadanos, porque nuestro objetivo es siempre el mismo: evitar víctimas. La autoprotección es una herramienta universal que debemos fortalecer entre todos. Por eso insistimos en una premisa común: ‘Conoce tu edificio, tu seguridad también depende de ti’”.

Mónica Herranz, secretaria general de AFELMA, subrayó la creciente preocupación de la ciudadanía por la seguridad frente al fuego y la necesidad de una normativa más ambiciosa que garantice edificios seguros. Recordó que, igual que las regulaciones impulsaron la eficiencia energética, ahora deben hacerlo con la protección contra incendios, y que ya no es necesario elegir entre seguridad y eficiencia: ambas pueden y deben avanzar juntas, aplicando criterios rigurosos desde el diseño hasta la ejecución para construir y rehabilitar sin comprometer —e incluso mejorando— la seguridad.

“Los resultados de esta encuesta confirman que la sociedad española respalda una normativa más ambiciosa. El Observatorio comparte ese sentir ciudadano y seguirá trabajando para que la seguridad sea el eje central de la edificación sostenible”, concluyó el director del OBS.

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