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El aumento de contaminantes urbanos impulsa el uso de cubiertas descontaminantes con tecnología fotocatalítica, capaces de reducir NOx y mejorar la calidad del aire.
Según el informe del Tribunal de Cuentas Europeo “Contaminación urbana en la UE”, la contaminación atmosférica continúa representando un riesgo significativo para la salud en las ciudades europeas. Aunque los datos muestran una ligera mejora, las emisiones procedentes del tráfico, la industria y los edificios siguen contribuyendo a problemas como alergias, asma y patologías cardiovasculares más graves.
La tecnología fotocatalítica, incorporada en materiales como las láminas impermeabilizantes bituminosas, se plantea como una solución para mejorar la calidad del aire urbano. Según datos sectoriales, estas cubiertas descontaminantes pueden llegar a neutralizar anualmente cantidades de NOx equivalentes a las emisiones de más de 20 vehículos en circulación, siempre en función de las condiciones atmosféricas.
Desde AIFIm, Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización, señalan que la industria está enfocando la I+D+i hacia soluciones que reduzcan el impacto ambiental de los edificios. “Los fabricantes de sistemas de impermeabilización estamos trabajando para ofrecer soluciones que van más allá de la impermeabilización, contribuyendo también a la salud de las personas”, indican desde la asociación.
La fotocatálisis actúa sobre contaminantes atmosféricos comunes, como óxidos de nitrógeno (NOx), óxidos de azufre (SOx) y Compuestos Orgánicos Volátiles (COVs), mediante un proceso de oxidación activado por la energía solar. El catalizador —dióxido de titanio (TiO₂)— transforma estas sustancias nocivas en compuestos menos perjudiciales, arrastrados posteriormente por el agua de lluvia.
Las cubiertas descontaminantes se componen de láminas bituminosas autoprotegidas para cubiertas no transitables, cuya protección mineral está aditivada con TiO₂, lo que les permite actuar como catalizador. Además de impermeabilizar y proteger el edificio de la humedad y otros agentes atmosféricos, aportan un beneficio ambiental añadido: la reducción activa de contaminantes.
Entre los beneficios destacados de estas soluciones figuran:
AIFIm subraya que la instalación debe ser realizada por profesionales cualificados, siguiendo las recomendaciones del fabricante y aplicando un mantenimiento periódico para asegurar un funcionamiento correcto.