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La integración de sistemas fotovoltaicos y almacenamiento energético en estructuras de hormigón armado marca un nuevo avance en la construcción industrializada.
La Casa de Hormigón, empresa española especializada en la construcción de viviendas industrializadas mediante paneles de hormigón armado, ha desarrollado un modelo de vivienda unifamiliar energéticamente autosuficiente. El sistema combina paneles solares fotovoltaicos con baterías de ion-litio integradas en los tabiques de hormigón, lo que permite un alto grado de autonomía energética y responde a contextos de vulnerabilidad frente a cortes de suministro.
Para garantizar la autosuficiencia energética, cada vivienda requiere al menos 16 paneles solares, capaces de generar hasta 8 kWp, conectados a un sistema de almacenamiento instalado directamente en los paneles de hormigón armado. Las baterías residenciales, con una capacidad de 14 kWh, permiten mantener la autonomía de la vivienda entre 8 y 12 horas a pleno rendimiento, incluso en ausencia de luz solar.
El diseño responde a un enfoque de construcción modular de altas prestaciones, en el que la eficiencia energética, la sostenibilidad y la resiliencia estructural son prioridades. La ubicación del sistema de baterías en el interior de los muros contribuye a una mejor optimización del espacio útil y refuerza la seguridad del conjunto.
Según José Manuel Ruiz, CEO de La Casa de Hormigón, el objetivo es ofrecer soluciones reales con potencial de implantación masiva: “Este tipo de viviendas son un modelo funcional de lo que puede ser la casa autosuficiente en el corto plazo, no como un concepto futurista, sino como una realidad viable”.
Una de estas viviendas, ubicada en los alrededores de Madrid, ha demostrado su capacidad operativa en condiciones reales. Construida hace dos años en Cerceda, una zona aún sin conexión a la red eléctrica, la vivienda cuenta con dos plantas y 240 m² de superficie, equipada con 16 paneles solares y tres baterías de ion-litio integradas en los muros, que suman una capacidad de almacenamiento de 41 kWh.
Gracias a esta configuración, la casa puede soportar hasta tres días sin suministro eléctrico externo, generando energía durante las horas de luz y almacenando el excedente para su uso posterior. El pasado 28 de abril, durante un apagón en la zona, la vivienda mantuvo el suministro sin interrupciones.
“Vivimos en una zona nueva, sin conexión a la red, y necesitábamos una solución para autoconsumo. Las baterías se cargan en unas dos horas y tenemos energía para todo el día. Durante el apagón no notamos ningún cambio, seguimos con total normalidad”, explica Rocío Saiz, propietaria de la vivienda.
Este ejemplo evidencia la viabilidad técnica del modelo y refuerza el papel de la industrialización en la construcción residencial como vía para incorporar soluciones de autonomía energética en entornos urbanos y rurales.
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