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El uso de áridos secundarios y ligantes de baja huella impulsa una transformación estructural en la edificación y el diseño de suelos sostenibles.
El sector de la construcción encara una transformación inevitable: reducir su impacto climático y avanzar hacia modelos de economía circular que mantengan los recursos en uso y minimicen residuos. Actualmente, el entorno edificado genera cerca del 40% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, considerando tanto los materiales como la operación de los edificios.
En la Unión Europea, la construcción representa más de un tercio de los residuos generados anualmente y requiere la mitad de los materiales extraídos. Además, la producción de cemento convencional es responsable de cerca del 5% de las emisiones globales, lo que sitúa a la industria ante una obligación estratégica: repensar sus materiales, procesos y decisiones de diseño.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) confirma que los edificios y la construcción son responsables de más del 30% de la huella ambiental europea y del 35% de sus emisiones de gases de efecto invernadero. Por tanto, actuar sobre la selección y el ciclo de vida de los materiales ya no es una opción, sino un requisito estructural.
La sostenibilidad en edificación debe extenderse más allá de la eficiencia energética en uso. Es necesario abordar la huella incorporada de los materiales y promover su durabilidad, reparación, reutilización y reciclaje.
La presión normativa, las certificaciones (LEED, BREEAM, WELL) y la demanda del mercado están empujando a fabricantes y proyectistas hacia una “transición material” que reduzca emisiones, optimice recursos y favorezca la trazabilidad ambiental.
En este contexto, los pavimentos desempeñan un papel relevante: su fabricación requiere áridos, ligantes, transporte y mantenimiento, y su ciclo de sustitución genera grandes volúmenes de residuos. Integrar materiales reciclados y sistemas de diseño para desmontaje permite cerrar el ciclo de valor y disminuir la huella de carbono del edificio.
La innovación en pavimentos sostenibles se apoya en tres ejes:
Ejemplos recientes muestran sistemas de pavimentos con hasta un 100% de áridos reciclados y ligantes con menor contenido de clinker, en línea con la normativa europea sobre Declaraciones Ambientales de Producto (EPD) y la propuesta de Ecodesign para productos sostenibles.
Los pavimentos continuos y de alto rendimiento son especialmente adecuados para aplicar estos avances, por su versatilidad y capacidad de personalización, además de su visibilidad en el resultado final del edificio.
Las políticas europeas —Pacto Verde, Agenda 2030 y 2050, y la Directiva EPBD revisada— impulsan la neutralidad climática e incorporan la huella de carbono total del edificio (“whole life carbon”).
En España, las normativas sobre obra pública y edificación integran criterios de sostenibilidad, contenido reciclado y gestión de residuos, obligando a fabricantes y proyectistas a ofrecer soluciones verificables y de bajo impacto.
Un ejemplo de aplicación avanzada es Pavistamp, compañía española fundada en 1990 que ha desarrollado su línea Green Line, basada en pavimentos continuos y morteros orientados a la sostenibilidad.
Su gama Stone-Feel Pavimento destaca por utilizar 100% áridos reciclados, reduciendo la huella de carbono incorporada y cumpliendo con los requisitos de la normativa europea de productos de construcción. Además, mantiene altas prestaciones técnicas (resistencia, durabilidad, adherencia y comportamiento antideslizante), demostrando que el uso de materiales secundarios no compromete el rendimiento.
En paralelo, Pavistamp produce la línea de morteros ecológicos de cal REVEX-CAL, formulados con cal hidráulica natural, cal hidratada y aditivos biodegradables, diseñados tanto para obra nueva como para rehabilitación sostenible. Entre sus ventajas destacan la permeabilidad al vapor, la compatibilidad con materiales tradicionales y la durabilidad mejorada, factores clave en la economía circular.
Las soluciones de Pavistamp ofrecen:
La integración de pavimentos reciclados y morteros de cal ecológica evidencia cómo la innovación puede convertir la sostenibilidad en una ventaja técnica, económica y reputacional, abriendo camino hacia una construcción circular y descarbonizada en el horizonte de 2050.