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Sika y expertos del sector debaten sobre la industrialización de la construcción: eficiencia, digitalización, madera ligera y retos normativos hacia 2030.
“La industrialización no es una evolución de la construcción tradicional, es un cambio de paradigma”, señaló Vanesa Álvarez, responsable de Construcción Industrializada en Sika, durante el encuentro celebrado en el marco del videopodcast Desafío Sika 30/50. La compañía, con más de un siglo de experiencia en el sector y cuatro décadas en el ámbito industrial, impulsa a través de su campaña La revolución industrializada un modelo constructivo más eficiente, digitalizado y sostenible, con el objetivo de alcanzar un 10% de edificación industrializada en 2030.
Álvarez subrayó que el principal reto es el cambio cultural, entendido como la aceptación de la industrialización como sinónimo de calidad, precisión y confort. “No hay errores en fábrica. Las fachadas industrializadas aportan alto aislamiento térmico y acústico, lo que se traduce en ahorro energético y mayor habitabilidad”, explicó.
En la conversación participaron también dos referentes del sector: Álvaro Nogueira, director de Ávita Tech, y Sandra Llorente, directora general de Lignum Tech.
Más allá de la fábrica, los expertos coincidieron en que el reto está en agilizar los procesos regulatorios y de gestión del suelo. “No sirve de nada ganar segundos en producción si se pierden años en licencias”, apuntó Llorente. Tanto Nogueira como Álvarez reclamaron mayor apoyo institucional para facilitar financiación, disponibilidad de suelo y reconocimiento normativo de la construcción industrializada como categoría propia.
“La transformación es urgente y necesaria —concluyó Nogueira—, no solo por la falta de mano de obra o el encarecimiento de los métodos tradicionales, sino porque, sin este cambio, no habrá viviendas suficientes en los próximos años”.