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La preocupación por el riesgo de incendio en viviendas crece entre la población, aunque persiste un notable desconocimiento sobre los materiales de aislamiento utilizados en los edificios.
Casi la mitad de la población en España manifiesta preocupación por el riesgo de incendio en su vivienda, según el Estudio sobre percepción del riesgo y seguridad contra incendios en edificios de viviendas, promovido por Rockwool, empresa especializada en soluciones de aislamiento. Sin embargo, un 60% de los encuestados admite desconocer los materiales de aislamiento utilizados en su edificio, lo que refleja una falta de información relevante sobre un aspecto directamente relacionado con la seguridad y el bienestar residencial.
El uso de materiales no combustibles durante las obras de rehabilitación es uno de los factores clave para prevenir la propagación del fuego. El 80% de los participantes en la encuesta considera esencial que estos materiales se utilicen en construcción, una opinión aún más extendida, 88%, entre quienes residen en edificios de más de cinco plantas ubicados en entornos urbanos de más de 200.000 habitantes. Este nivel de sensibilidad es especialmente elevado en zonas como Madrid, Andalucía y Levante, donde los edificios en altura suponen mayores dificultades de evacuación y acceso en caso de incendio.
No obstante, a pesar de la percepción del riesgo, solo 4 de cada 10 personas estarían dispuestas a asumir un incremento del 10% en el coste de su vivienda a cambio de mejorar su seguridad frente al fuego. El principal obstáculo económico sigue siendo determinante: el 59% de la población identifica el precio como la principal barrera para acometer una rehabilitación del aislamiento.
A esto se suma un escaso conocimiento sobre los fondos europeos Next Generation, ya que un 61% de los encuestados desconoce la existencia de estas ayudas. Pese a ello, la mayoría afirma que consideraría iniciar una rehabilitación si pudiera acceder a este tipo de financiación.
Un 40% de la población señala que su edificio requiere una intervención en materia de aislamiento, motivada por tres factores: seguridad contra incendios, eficiencia energética y confort acústico. Sin embargo, tras incendios recientes como el del barrio del Campanar en Valencia, que afectó a 138 viviendas, un 48% admite no haber incrementado su conocimiento sobre el comportamiento del aislamiento frente al fuego.
En la Comunidad Valenciana, la preocupación es más acusada: el 87% de los residentes considera prioritaria la prevención de incendios al abordar una rehabilitación, mientras que un 55% pone el foco en la mejora energética y ambiental de los inmuebles.
Para Miguel Ángel Gallardo, director de la unidad de negocio de Rockwool Peninsular, es necesario actuar con urgencia: “El 90% del parque residencial en España se construyó hace más de 45 años, antes de la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación. Esto implica importantes deficiencias en términos de eficiencia energética y seguridad”. En su opinión, cualquier intervención debe priorizar el uso de materiales no combustibles para garantizar una rehabilitación que contribuya a la sostenibilidad y al confort sin comprometer la seguridad.
En esa línea, una amplia mayoría de los encuestados apoya la necesidad de reforzar el marco normativo: consideran que la ley debería exigir materiales no combustibles en los edificios. Además, casi 8 de cada 10 personas que residen en edificios de más de cinco plantas opinan que no se deberían permitir materiales combustibles en construcciones de gran altura, por el mayor riesgo que implican en caso de incendio.
En este contexto, la lana de roca se posiciona como una de las soluciones más completas para la rehabilitación del aislamiento en edificios residenciales. Fabricada a partir de roca volcánica, destaca por su resistencia térmica, soporta temperaturas superiores a 1.000 ºC, y su capacidad de contener la propagación del fuego sin generar humos tóxicos.
Además de su comportamiento frente al fuego, se trata de un material reciclable y duradero, que contribuye a mantener una temperatura interior constante en cualquier condición climática. Su alta densidad también favorece la atenuación acústica, lo que incrementa el confort de los residentes en entornos urbanos densos o ruidosos.
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