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El Hotel Quinta Esencia, ubicado en el casco histórico de Toledo, es fruto de un proyecto de rehabilitación que combina la recuperación del patrimonio arquitectónico con un diseño contemporáneo sensible.
Reutilizar, recuperar, rehabilitar, reciclar y regenerar. Esta es la filosofía que impulsa la apertura del Hotel Quinta Esencia, un nuevo establecimiento ubicado en el casco histórico de Toledo, que conjuga diseño contemporáneo con una profunda sensibilidad hacia el patrimonio arquitectónico.
El hotel ocupa un antiguo palacio adyacente al Palacio de Carlos V, un edificio que conserva basamentos romanos y estratos históricos que abarcan distintas épocas. Esta intervención se enmarca en un enclave declarado Patrimonio de la Humanidad, donde el proyecto ha sido posible tras un riguroso proceso de investigación arqueológica, seguido de trabajos de rehabilitación arquitectónica.
El resultado es un hotel de 13 habitaciones que pone en valor las distintas capas históricas del inmueble mediante soluciones de arquitectura e interiorismo contemporáneo, sin perder la esencia original del espacio.
Impulsado por la familia Corroto, vinculada tanto al ámbito agrario como a la hostelería, el proyecto responde a una visión de sostenibilidad cultural, ambiental y social. Según Jesús Corroto, arquitecto y diseñador estratégico del hotel,
“Para nosotros es una responsabilidad devolver a la ciudad cada elemento histórico con una mirada contemporánea. Promover el redescubrimiento de la grandeza de Toledo desde el presente”.
La intervención arquitectónica ha buscado el equilibrio entre el respeto al legado histórico y la incorporación de elementos de diseño actuales. El mobiliario, por ejemplo, combina técnicas artesanales locales con acabados contemporáneos, en un ejercicio de reinterpretación del diseño tradicional castellano.
La propuesta busca ofrecer una experiencia sensorial, donde cada habitación y espacio común revela detalles como la textura de mantas elaboradas con lana virgen de los Montes de Toledo, cerámicas locales, o tonalidades extraídas de la tierra, como el verde montes o el rojo almagre.
Durante el proceso de rehabilitación, se han expuesto cuidadosamente las distintas capas constructivas del edificio, manteniéndolas visibles para los huéspedes. Este tratamiento permite una lectura arqueológica del espacio, donde el visitante puede percibir la evolución constructiva del lugar.
En palabras de Corroto, el proyecto se define por “el respeto casi místico por cada estructura del pasado, sin olvidar el lenguaje del siglo XXI”.
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