Empresas Premium
El sistema SATE mejora la eficiencia térmica y combate la pobreza energética, reduciendo el consumo y las emisiones en edificios residenciales.
La pobreza energética se ha consolidado como uno de los principales desafíos sociales y ambientales actuales. En España, millones de hogares habitan viviendas con bajo aislamiento térmico, lo que eleva el gasto energético y limita el confort interior.
Según la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética (ENPE) 2019-2024, más de 3,5 millones de personas viven en esta situación. El documento identifica cuatro indicadores principales:
Estos factores se agravan por el encarecimiento de la energía y la baja eficiencia de un parque residencial antiguo.
La pobreza energética va más allá del confort térmico: afecta la salud, la dignidad y la igualdad de oportunidades. Las viviendas sin un aislamiento adecuado acumulan humedad, generan patologías respiratorias y empeoran el bienestar general.
En España, el 70-80% del parque edificatorio se construyó antes del Código Técnico de la Edificación de 2006, sin requisitos térmicos exigentes. Según datos del IDAE y el Ministerio de Vivienda, este segmento requiere rehabilitación energética profunda para reducir pérdidas térmicas.
Los hogares con bajos ingresos, personas mayores y familias monoparentales son los más expuestos. En regiones con climas extremos, las consecuencias son más severas, especialmente con el aumento del coste energético.
El Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) se plantea como una respuesta integral a la pobreza energética. Consiste en la aplicación de paneles aislantes sobre la envolvente exterior del edificio, recubiertos por morteros y acabados protectores, mejorando la eficiencia y la estética del inmueble.
Su eficacia se ha demostrado en proyectos de rehabilitación en toda Europa, con resultados contrastados:
Aunque su implantación requiere una inversión inicial, los ahorros en consumo y facturas permiten amortizar el coste en pocos años. Además, los fondos europeos Next Generation cubren una parte significativa de las actuaciones de rehabilitación energética en edificios residenciales.
Más allá del beneficio económico, el aislamiento con SATE es una herramienta de justicia social y ambiental: reduce la vulnerabilidad energética, mejora la salud y ayuda a cumplir los objetivos climáticos nacionales.
La pobreza energética no es solo un problema técnico ni financiero, sino una cuestión de equidad y sostenibilidad. Afrontarla exige combinar políticas sociales, ayudas públicas y rehabilitación energética estructural.
El SATE representa una solución madura, eficaz y probada, capaz de mejorar la eficiencia térmica, reducir el gasto y favorecer un modelo de vivienda más saludable y sostenible.
Aislar con SATE es proteger del frío, del calor y también de la pobreza energética.